martes, 7 de diciembre de 2010

LEONARDO DICAPRIO








Su debut como protagonista fue en Vida de este chico(1993), dirigida por Michael Caton-Jones, donde compartía cartel con Robert de Niro; apenas contaba con 19 años. La película le valió el Premio Nueva Generación y las respectivas candidaturas al Globo de Oro y el Oscar al mejor actor. A ese título ya siguió una relativamente abundante serie de producciones que de algún modo contribuyeron a abrirle paso en el tortuoso camino del estrellato en el cine norteamericano.Así, participó en ¿A quién ama Gilbert Grape? (1994), como el hermano discapacitado de Johnny Depp; y enRápida y mortal (1995), junto a Sharon Stone y Gene Hackman, un western que pretendía ser innovador, a mayor gloria de la actriz protagonista, pero que no pasó de discreto. Intervino en una curiosa versión deRomeo y Julieta (1996), con Claire Danes, donde el eterno mito que concibiera William Shakespeare y que tanto juego ha dado en el cine, era recreado de una manera particular, en la que la realidad y lo onírico y los juegos con el tiempo se mezclaban con el fin de acercar la historia a nuestro tiempo y que fuera aceptada por un público joven.Esta trayectoria sirvió para que DiCaprio fuera labrándose un historial de actor eminentemente intuitivo, sin formación académica, pero que lograba buenas interpretaciones, sin ceder lo más mínimo ante actores de fama más consolidada. Su prestigio se acrecentaba gracias también a su físico: rubio, de aspecto aniñado, entre dulce y moderno, con unos expresivos ojos claros que en ocasiones pueden darle a su mirada un punto de dureza y rebeldía. No obstante, su gran ocasión le llegó cuando el no siempre bien valorado James Cameron le ofreció el papel de protagonista masculino en Titanic (1997). La película no sólo se llevó un considerable número de oscars de la Academia -no el de interpretación, precisamente- sino que, además, se convirtió en un fenómeno social muy por encima de sus indudables valores cinematográficos.Sin duda, uno de los aciertos de Cameron fue confiar los dos principales papeles a una pareja como DiCaprio y Kate Winslet. Ellos supieron impregnar de romanticismo y poesía una relación sentimental que, en el fondo, no era más que la reedición de Romeo y Julieta, con el hundimiento del barco y un cuadro social e histórico como telón de fondo. Todo ello acompañado de un despliegue de medios y tecnología que se supo utilizar con inteligencia, sin que ocultasen la historia a cuyo servicio se encontraban. El éxito para la película y sus protagonistas, en especial DiCaprio, se puede calificar de grandioso.

                                                                                

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